A más de uno le ha tocado revisar el calzado en plena caminata ya que comienza con una pequeña piedra, arena, hojas secas, costura de la bota o del calcetín, pies sudado, etc, y al retirar la causa de la molestia, revisamos el pie y encontramos enrojecimiento en la zona del roce o de la presión. Si continuamos la marcha sin tomar medidas profilácticas, terminaremos con la famosa y dolorosa ampolla.La ampolla es simplemente una vesícula llena de líquido ( puede ser transparente, amarillento o con sangre) que aparece por fricción y /o presión en el pie.
Causas: Uso de calzado nuevo o poco uso
Largas caminatas con calzado inadecuado
calzado que aprieta demasiado o que está muy holgado
no usar calcetín
calcetín muy delgado o utilizarlo más de un día
Prevención: Proteger el pie con talco
Cambiar diariamente los calcetines
Utilizar calcetines de algodón
Utilizar doble calcetines, el más delgado tiene que ir en contacto directo con la piel y el más grueso sobre el calcetín delgado.
Colocar vaselina entre los dedos y zonas de fricción
evitar la humedad de los pies.
TRATAMIENTO: Si ya se formó la ampolla y ésta se rompe, se debe tratar como una herida abierta, se lava con abundante agua tibia y jabón, aplicar un ungüento antibacteriano y cubrir con una venda limpia. Estar atento ante la presencia de signos de infección( enrojecimiento, dolor, calor, hinchazón )
Es mejor dejar intacta la ampolla por fricción si puede evitarse irritación hasta que desaparezca el líquido. De lo contrario habrá que lavar la zona afectada con agua y jabón y desinfectar una aguja directa a una llama, pinchar la ampolla y cubrir con un apósito esteril e impregnado de sustancias antisepticas.
Si el líquido es amarillo hay infección y se debe acudir al médico.
Si el líquido es rojo, acudir al médico.
Dr. Héctor Simón Pérez González (hectorescalando@gmail.com)
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